ARS (MANIFESTO)
Toda obra es una pregunta.
El que la obra sea una pregunta explícita, no implica que esa sea una pregunta de la pieza.
El que la obra sea una respuesta explícita, no implica que la pregunta este siendo contestada.
Toda pregunta es respondida al ser experimentada por el otro.
No hay estándares en el arte.
No hay obras maestras.
No hay cúspides del arte.
No hay limites, ni formas especificas.
Si, todo puede ser arte.
Los intereses económicos no suman ni restan la cualidad como arte de una obra.
Las categorías en el arte solo son para archivar o para el estudio académico.
El arte, un continuo indefinido que no le pertenece a nadie, ni a ninguna obra.
Nada te pertenece.
Nada es permanente.
Hacer arte es más fácil cuando se tiene disciplina.
La creatividad no es una musa divina.
No hay divino derecho ni talento innato; todo es creado desde la dedicación, observación y archivo infinito de preguntas que existen en nuestro rededor.
Es importante para el artista tener aproximaciones a la mayor cantidad posible de medios artísticos, desde la panadería hasta la programación.
Es importante para el artista dominar sus medios o conocer quien los domine para crear la obra.
El albañil es igual de autor que el arquitecto.
Si un concepto del artista es llevado al medio físico por otro, ese otro también es autor de esa pieza.
Ya pasaron demasiados años para seguir con ideas del taller artístico del gran maestro.
El que no le interese una pieza o la obra de un artista no le quita el valor.
Tampoco esta falta de interés lo hace a uno ignorante.
En memoria de Mario Barrosa
Texto por Maya Escárcega
“Cuando la vivienda es un privilegio, la ocupación es una obligación”.
La creación de redes de intercambio, transmisión y generación de nuevas ideas posibilitó a los hackers de antaño inventar la World Wide Web (La Web) y el internet. Plataformas como cibercafés y comunidades virtuales fueron concebidas como espacios de encuentro cuando el acceso a una red doméstica era de ámbito limitado o exclusivo, y la distancia entre mundos parecía mayor para formar vínculos y sostener discusiones sobre temas en común. En la terna aludida, agentes mediadores se han encargado de regular las prácticas y los contenidos.
Como hacker de estirpe medieval, Juan Diego Covarrubias cortó madera para construir cubículos habitables y ocupó el espacio de la galería con la alfombra de su casa. La muestra, producto de una curaduría colectiva, se compone por obras bidimensionales, instalaciones y esculturas que asumen tonos y un intrincado entramado de capas de ironía y sinceridad en el mismo aliento. Por medio de referencias estéticas de la cultura popular, lenguaje soez e imágenes escatológicas, explora la poética, la sátira y el humor de lo espectral para conmemorar un ciber en particular, una red, o bien una comunidad en línea, que bajo la administración de Mario Barrosa, recibe a usuarios asiduos y revisita temáticas truistas.
La lógica de las piezas producidas con objetos apropiados y recontextualizados no tienen otro objetivo que lograr el desconcierto y la incomodidad de los usuarios acostumbrados a la moderación de Barrosa. El monumento homónimo que da nombre a la muestra se conforma por una placa conmemorativa y una ooteca que inhala y exhala. El saco de seda con materiales residuales vaticina no sólo la ominosa presencia de la araña y la amenaza que representa el nacimiento de una nueva generación, también da luz a la red de colaboración que forma parte de sus procesos. En “LA WEB”, se encuentran suspendidas una serie de obras que pertenecen a la misma red de artistas con los que semana tras semana fue tramando el tejido de la exposición a partir de conversaciones e intercambios de contenido con una premisa estética precisa. Configurado como un foro de internet, cada artista ha contribuido en el vaciado de memes en una nube que a lo largo de la muestra irán integrando, modificando o retirando de las Cabinas 1, 2, 3, 4, 5 y 6. Así, en estos cubículos que durante los dosmiles tardíos escucharon zumbidos, acogieron a grupos que jugaban Age of Empires, Counter Strike y StarCraft y atestaron los afectos compartidos y los deseos solitarios en chats de vídeo o de citas, se irá generando una plataforma cambiante, una siempre inquietante y continuamente actualizada, sostenida por usuarios de una generación que no tiene un sentido de sí misma separada de sus avatares de internet.
Su práctica transgeneracional recuerda a los cibercafés actuales, que escondidos o recónditos se han configurado como puntos de reunión ante la emergencia inminente —al menos en lugares donde la población tiene mayor penetración de las telecomunicaciones— y acuden sólo aquellos que conocen su ubicación.
Versado en la estética relacional y las corrientes artísticas y estéticas que emplean al internet como sustrato, Covarrubias pone al servicio de la crítica institucional los lenguajes artísticos con los que ha experimentado durante la última década. Al invitar al espectador a convertirse en usuario, le confirma como cómplice, visibiliza la alienación de los públicos legos que no participan en estos espacios y se asume a sí mismo como un hacker que okupa, reclama, el espacio de la galería para mostrar lo que antes, cuando comenzó su práctica, no encontró un receptorio en la ciudad. El manifiesto colectivo que se imprime por un valor de cinco pesos, hace una crítica cabal a las prácticas de los agentes reguladores y a la exclusividad de los eventos de los espacios de exhibición y producción de arte local.
En memoria del arte tapatío, se discute en este foro.
Apéndice
El sexto fundamento de la ética hacker (1984) manifiesta que se puede crear arte y belleza en un computador. Como en Atlético Barrosa —que presenta imágenes de equipos de fútbol creadas por Juan Diego en inteligencia artificial (IA), o creadas por la inteligencia artificial para Juan Diego—, este ejercicio escritural se realizó involuntariamente con esta metodología, al trabajarse con una descripción detallada de las piezas y los cuestionamientos que guiaron su práctica.
Juan Diego Covarrubias
Es un artista multidisciplinario que combina medios tradicionales con digitales para crear metaficciones sobre fenómenos que pueden ir desde el desarrollo de identidades en internet, hasta la renovación de lenguaje en el campo de la física.
En su práctica incluye principalmente a la pintura, el dibujo, la instalación, el video y otros medios digitales; como el blog, el collage de imágenes PNG y la inteligencia artificial.
Fue pionero en México en la corriente post-internet, combinada con la estética relacional y tiene entre sus obras más destacadas a “Amber” (2014-2018), un proyecto sobre la influencia de redes sociales en la identidad, y “Date Group” (2015-2018), un grupo de citas en Facebook de tono post-irónico y “cringe” que alcanzó los ocho mil miembros.
Juan Diego ha participado en varias exposiciones a lo largo de México, Estados Unidos y Canadá. Pasando desde su natal Guadalajara, hasta la Ciudad de México, Guanajuato, Mérida, Detroit y Vancouver, por poner algunos ejemplos
Entre sus exposiciones destacadas se encuntran: su exposición individual en Luis Oficina “INFRAMUNDO” (Guadalajara, 2021), su individual, en colaboración con Relaciones Publicas, “Acción fantasmal a distancia”, en Dungeon (Detroit, 2022), y una individual en Hooogar Project Space (Guadalajara, 2023).
Registro Opening "En Memoria de Mario Barrosa" Cabina no.2